Diario del falso aristócrata 6

UTILIDAD DEL POETA

Sigue, Christian, con tu copa de gin

espantando a la locura, al tedio,

y que, en el fondo de la noche,

alcances amparo, paz y regocijo.

Cultiva la lectura, no ceses

de escribir, de pensar, y comprende

esta época sin lustre y medianía,

y enseña a rezar a algún hombre

de golpe libre si, por un casual,

lee algunos de tus versos.

El arte cura. El saber amansa.

Que la memoria calmosa

no engañe nuestro preciso desarrollo

lento. Que tu copa, hecha de

palabras, labre un alma de relámpagos.

Brinda por lo que comprendiste,

por aquello casi expresado.

La poesía es una casa con paletas

que enriquecen el patrimonio

y mejoran los acabados.

No, no dejes de escribir. A alguien

le puedes cambiar la vida con tus

símbolos. La poesía es un hilo de oro

dentro de los ojos negros de la noche.

Dispersa tu -modesta- luz al alba.

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«Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no perdonamos a los que aburrimos» François de La Rochefoucauld.

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No le digas nunca a una mujer lo que tiene que hacer. Por eso se dice en latín «quid adito».

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«Corruptissima re publica, plurimae leges», Tácito, «Annales», Libro III, 27. «Cuanto más corrupto es el estado, más numerosas son las leyes».

No a la metástasis de leyes, sí al cumplimiento estricto de las que se tienen.

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«Contra todo pronóstico, la alfabetización del pueblo no ha traído consigo un perfeccionamiento de la democracia, sino su conversión en pantomima dialéctica, y eso se debe a que esa alfabetización ha sido sólo formal. Quienes antes se veían excluidos del debate y lo aceptaban de buen grado por ser conscientes de que no tenían las herramientas para afrontarlo hoy ya saben leer (literalmente) y escribir (a duras penas). Animados por esta habilidad, se zambullen, a través de las redes sociales, en las discusiones más técnicas con el entusiasmo del ignorante, y el resto de neolectores conceden más peso a sus palabras que a las de un premio Nobel, porque les parecen más inteligibles. El resultado es la expansión, y a veces la consolidación, de los discursos más memos que uno se pueda imaginar, y el desprestigio absoluto de lo popular a los ojos de cualquier observador externo, que no puede sino volverse partidario del despotismo ilustrado», Camilo de Ory.

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Jajajaja, es que los católicos son analfabetos. Analfabetos como Descartes, Santo Tomás, Chesterton, Erasmo de Rotterdam o Pascal.

En cambio, Willy Toledo, Rufián, Cristina Fallarás, las Towanda Rebels, los de Mongolia y Alberto San Juan, llevan enriqueciendo la cultura y el pensamiento de Occidente durante décadas.

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