Del «Diario del mono loco»

(i)

Leer a Almudena Grandes, es como estar en un barucho caluroso y rancio de pueblo de postguerra, con morcillas y chorizos grasientos colgados del techo, y una de esas tiras adhesivas atrapamoscas pendiendo encima, mientras temes que una de ellas te caiga al plato, donde masticas un bistec enjuto y reseco con la boca recién salida de una operación en el dentista sin anestesia.

Eso en el mejor de los casos.

(ii)

Tengo un recuerdo brumoso de la prosa de Zoé Baldes, Rosa Regás y Lucía Etxebarría. Una impresión de mujeres turbadas por el apelotanamiento de dudas o amnesias sobre no sé qué. Acaso del abecedario.

(iii)

La poesía de Leopoldo María Panero me recuerda a una chica gravemente anoréxica que al ir al baño en el hospital, y debido a que tiene muy debilitada la musculatura del ano, al defecar expulsa sus intestinos que una enfermera debe después recolocar.

Espero no acabar destruido como él.

(iv)

A Pablo Iglesias le cuadra el refrán gallego «Alábate pavo que mañá te pelan»

(v)

-Si no dejas de ver todo el día películas de acción, te dejo

-Sayonara, baby

(vi)

Profesor: ¿Quién era la duquesa de Guermantes?

Alumnos:

La imagen puede contener: una persona, de pie

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