Diario

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Un texto mío muy juvenil donde, pese al souflé de la idea, el tono de número de la Guardia Civil, y el aliento artaudiano, exhibe una mampostería sintáctica asombrosamente culta (conste que tenía la edad que ahora tienen los analfabetos poetas de Tik Tok o Instagram) y una tiniebla profética autocumplida: me volví loco y pasé toda mi vida solo.

«Mi locura cae desde cornisas marinas a salas donde gira el tetrarca. Un claroscuro con rumor de fruto, de tufo a lagar hondo, de orquestal y escamoso calabozo. Ahí el mundo ya no descansa sobre principios, sino, y al igual que en la infancia, en fragmentos solitarios cosidos a la niebla»

Qué talento, Christian Cuento.

…..

Dos citas de Nicolás Gómez Dávila, el aforista de lujo «glacé»:

«Los parlamentos democráticos no son recintos donde se discute, sino donde el absolutismo popular registra sus edictos».

«Mientras más graves sean los problemas, mayor es el número de ineptos que la democracia llama a resolverlos».

La nueva literatura española puso de moda aforismos apresurados y de chichinabo. Los escolios gómez-davilianos tiranizan la orgullosa mediocridad estadística.

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