El castillo de la noche me aquieta como a un Alástor
voluptuoso y muy drogado. Prepárate una copa, Christian.
Digamos adiós a la mente y a una época
del imperio de la honra, la estima, la alabanza, lugar
que a la sombra de la gloria y el honroso razonar
no se enajenaban los laureles de la tumba.
Prepárate una copa, poeta. Es la hora de la redención del Imbécil.
Prepárate una copa y acaricia a un mastín de niebla.
La Verdad sigue su camino con la espada en la mano
y Puig-de-res con su único savoir faire: El Gran Lelo Lerdo, La Juani Estelada.
Vete con Jean Harlow a un motel de Texas y preparaos una copa;
píntale de rímel los ojos como filma en blanco y negro John Ford
y olvídate de tanta bizquera trunca que se tambalea,
de tanto carro de heno que sostiene un bosque sin orillas y sin amor.
Prepárate tu dry martini, cava no, mejor champán, que el cava agujerea el esófago por acidez excesiva.
Puigdemont, como cualquiera cubierto de ignominia, atrae la infamia.
Por qué debemos honrar el temblor belígero de su Patraña?
Su paupérrima historia de mono en la jaula jugando a tirar cacahuetes?
Prepárate una copa y que el diablo se apodere de su corona de hojalata.
Se incendian los girasoles por la ágrafa música celestial.
El farsante y trapacero se cuece en su vil trementina.
Gobierna entre chips, bigmacs, mostaza, ceniceros de papel
y desea una foto suya con gorrita y el premio de empleado del mes.
Quien dichoso viola los fieles juramentos,
el que corre a lugar elevado y enano es,
el que sin misericordia no desvela enigmas,
el que pasea chismes incesantes y babosos,
ese
acaba con un ojo morado al salir de su pupitre del jardín de infancia
y las buganvillas le retiran su olor
y nadie le invita a copa
y el tribunal y la cárcel es su estrella más cercana.
Todo, porque Dos existe y es bueno.
Multitudo non sequitur 