
Escucho el tercer movimiento de la tercera sinfonía de Brahms, todo un breve clásico popular, observando un cielo enrejado de rosáceos y azules, troceado de blancos esquejes tímidos, en la quietud conmiserativa de un silencio de caramelo y piedra pulida.
Releyendo entradas en mi blog advierto que se dibuja nítida una figura, mi figura. Alguien conservador, solitario, algo cascarrabias, agrario, culto, con convicciones, chapado a la antigua, un si es no es melindroso y melancólico y napoleónico. Y advierto asimismo lo esquizoide de las multitudes, de tantos muchos de mis contemporáneos y coetáneos, cuyas ideas son meras asociaciones lábiles en mitad de una hipotonía y desafección de la conciencia, todo como un monólogo joyceano sin norte -de embolique colosal, de caos de época- ni dirección. Lo robusto y recio me alimenta, lo acabado me signa, lo final me revela, el artesanado me defiende, Dios me sustenta. Desconfío de intuiciones sin argumento, de planes sin mapa, de romanticismos deshuesados, de lunas sin órbita, de soles sin gravedad, de tiempo sin conciencia o sin hilar a las cosas. Asqueado de oír propuestas sin designio, de endebles mecanismos sin resorte, de mesas que no se sostienen por sus malas patas, me refugio en lo sólido, en el alcanfor de luz de las ideas y sentimientos regios. Lo blando y líquido y pastoso es propio de acéfalos y psicóticos. No en mi nombre. Así no. Ni siendo ni estando.
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Publicado por christiansanz71
Orate, orante y diletante. Burgués hacendado, aldeano ilustre. Pienso bien, escribo regular -desearía que con distinción-, y hablo mal. Solitario compulsivo. Lector omnímodo, omnímodo, diagnosticado de bibliopatía. Apocalíptico y antimoderno. Debemos apartar el chusmerío de nosotros y buscar el lujo de la mente, también la bondad. Voltaire: “La terre est couverte de gens qui ne méritent pas qu´on leur parle (la tierra está llena gente a quien no merece la pena dirigirle la palabra) “Por desgracia la expresión coquin méprisable , granuja despreciable, resulta aplicable a un número terrible de personas de este mundo” Schopenhauer. “Nec vixet male qui natus moriensque fefellit” Horacio, “No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido”. Mejor no podría ser dicho. O bien igual Ovidio, “Bene qui latuit, bene vixit”, “Quien bien se esconde, bien se da”. Solo y oculto se está mejor en esta hodierna e híspida civilización donde la publicidad está por encima del logro, la revelación por encima del comedimiento, la sinceridad por encima de la decencia, el victimismo por encima de la responsabilidad, la confrontación en lugar de la cortesía, la psicología sustituyendo la moralidad. Para acabar ya, y como divisa o lema: "Litteras ese solas quae homines ese vere convincat", las letras son la única prueba de que se es verdaderamente hombre.
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