Poema biográfico

Te acodabas a tender la ropa.
Al inclinarte asomaban tus pechos avergonzados.
Un narcótico poderoso se apoderó de mis ojos.
Las cadenas de tus manos y piel me liberaban.
Jugaba un sorbo de luz el poniente del otro lado del edificio donde estaba yo muy avergonzado espiándote.
Serás mi sol y mi aurora
mi cortesana de pliegue con perfume a hembra
joven casada proletaria
babilónico caballo de mar
hasta el último aliento de vida que me quede.

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