Liber iudiciorum

LIBER IUDICIORUM O SOBRE LA PASIÓN JURÍDICA COMO CRITERIO DE LETRADOS, MUNICIPALES, CONSEJEROS, ALCALDES MAYORES Y POETAS DANS MON BOREAU
De «El Falso aristócrata»

 

 
Ley de satrapía: río de cometa con sulfato de quinina, mecanismo de la serigrafía, subterránea escalopendra de cloroformo. Todo es sueño.
Ley de Tamerlán: un munícipe y una bañista al cruzar Central Parck. Todo es guerra.
Ley submarina: la crema ambarina en la cabeza coronada de las musas, el licor de cereza en el vapor tenue de la amanecida concebido como Forma. Todo es belleza.
Ley Petit Suisse: la profunda sabiduría que no lleva a ninguna parte, blanca, blanca, blanca, como eterno gemido de moribundo. Todo es muerte.
Ley del guisante: un crótalo de fox-trot, una lila sobre el somier, una máquina de guerra entre las sábanas, un milano en las jarcias, un alfiler que parte en dos los huesos de un buque ballenero. Todo es miedo.
Ley del pubis: forúnculo druida y laberíntico, luciferina llaga de bienaventuranza, iris de carpe noctem de Rita Hayworth o bien los labios gordos de Scarlett Johansson. Con maquillaje parece niebla y la poesía que hay alrededor de todo esto. Todo es amor.
Ley de adormidera: dardos de Calígula con danza musulmana, tijeretazo del cielo austral, quinqué de luna, nigromancia. Todo es noche.
Ley del avestruz: un cop de puny que retruny al cony del coñac, un fétido búnker de gasóleo -fuimos amigos los letrados de los pavos reales -, una arcadia del jean donde, como en rama, se posa el colibrí. Todo es verano.
Ley del cabaré: destejer de Penélope y tejer de Penélope el negro hálito en que vienes. Ideograma de alcantarilla de anolandia y, también, donde yace el pájaro la grácil sombra del palanquín del viento, donde un murmurado silencio alcanza cotas sublimes de invierno en flor. Todo es caduco.
Ley del marabú: las yeguas batientes de la playa se meten en un iglú y nace el marabú. Como heno de bambú. Como morería que asalta la biblioteca. Todo está en los libros.
Ley de nube: el eje de la tierra, el último departamento solitario del tren, Wendy en la bombonería, y Ulises en el País de Nunca Jamás, la geología del dragón bordando de oros el ombligo, las cerezas pizpiretas que entre sí se llaman porcelana, Uppsala y Pentecostés de súbito abiertos con el arte sutil de una ganzúa, Castilla o Long Island como un quintal de quimeras, o la piel del búfalo, o cualquier trapo que te pongas, o cualquier beso que me des. Todo es amor, todo es amor…

 
Lee, sufre, mide, esfuérzate y combate.
Percibe, sopesa, alégrate y combate.
Pretende, encarga, sé un dios y combate.
Mira, templa, contempla, diablo sé y combate.
Con el carcaj de un corazón espléndido sométete a las leyes.
Cumple como un rojo Adán la memoria del campo de las leyes.
Cumple la memoria de las estrellas que prescriben las leyes.
Combate.
Combate y recuerda que sin ley todo es profano.
Cumple la ley de tu destino escrita en el agua.
Cumple tu ley. Es forzoso que seas.

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