
*Biografía de Marwán*
Quiero escribir versos de organdí,
labios de pitiminí, rosas de benjuí,
pero acabé en mocoso tití
-chico solo en esta cruel comedy-
orinando ácidos y pastelosos pipís.
No, no fui -tragedy-, de Biedma Gil.
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Cuando le explico a mi señora madre las zalamerías de Ita con otros perros, me dice muy seria «Es una «demoiselle de moyenne vertu»»». Esto me recordó a tantos artistas que pintan la lucha entre el amor y la castidad (Pietro Perugino, Sandro Botticelli, etc…)
Ita es un encaje de seda de Bruselas, un rico bordado con aplicaciones de oro y plata. Mi amor por ella es una suerte de «gourmandise».
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«Ya no puedo conseguir que mis alumnos lean libros enteros» K. Hayles, Duke University.
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Nada más elogioso, ni emocionante hasta la raíz, alto y definitivo, que cuando paseas por el pueblo y los niños cuchichean: «Por ahí va un señor». Siento cumplido el sentido y rodar de las estrellas, la gravitación verde de las capillas, el destino de mis padres, el movimiento de la civilización…
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Lean a Kenneth Clark. Esa es la Inglaterra augusta, señorial. Y no Diana o Harry, cuyo coeficiente de inteligencia si bajara cinco puntos, tendrían que regarlos diariamente.
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Admiro y quiero mucho a mi hermana Noe. Somos muy diferentes (la hipótesis -reduccionista- de mamá y mía es que mi papá bajó MUCHÍSIMO el pistón con ella y la mimó demasiado)
Trabaja y estudió, se independizó con dieciocho años (al empezar la Universidad), es una profesora mucho mejor que la media, simpática, cariñosa, empática, muy rápida de mente, aunque no en el pensamiento convergente; me hice hartones de darle clases de mates en la pizarra de su habitación en el piso del Paseo; cuando le enseñaba matemáticas universitarias pero creativas -pensamiento divergente- no holgazaneaba, pero al tener que seguir los pasos de un algoritmo a veces cometía errores impropios de su inteligencia.
Es una madre paciente, intuitiva, muy amorosa, acaso demasiado tolerante. Feminista, independentista, izquierdista, rebelde, ácrata, todo lo opuesto a mi conservadurismo. Se ríe cuando le digo que con su actitud deshonra nuestra estirpe de altos mandos de la Guardia Civil y banqueros.
Su risa -lo dijo el poeta- es entonces como una ducha en el infierno. La quiero con locura y pasión desmedida, y asimismo me atormentan episodios en que fui muy duro con cosas de su vida.
Este poema es para ti, cariño:
NOEMÍ
Noemí, vendrán las solitarias noches en la aldea.
Pero está tu luz, que es como si estuviera puesto de amor
hasta las cejas,
oh tú, largura de halconería,
fruta alegre y columnal,
lobita que me dirige a los astros.
En la Cólquida el vellocino de oro eres tú,
en las negras regiones del éter la blanca aurora eres tú,
en un alma de un mundo sin cepos ni insolencia
esa alma eres tú.
Lamento si alguna vez fui bruto o ingrato,
si rebuzné rasgando tu cielo de raso.
Perdóname, Noemicita.
Y duerme tranquila, Noe.
Duerme con un sabor alto de agua y estrella.
Tú añades música y mirra al viento si sueñas.
Tú añades vegetales al frigio hierro.
Yo estoy bien, mamá va tirando,
Cataluña con orejas de burro (no, de eso
y de feminismo no discutiremos ahora)
Duerme abrazada a Clara, Pietà sonante de arpegios;
dale un beso en su carne de petirrojo
de parte de su tío.
Te espero aquí y más allá.
Te querré siempre, y todavía después.
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JORGE LUIS BORGES
EL SUICIDA
No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.
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A MIS ZÁNGANOS VILLANOS QUE ME LLAMAN SIERVO Y SÚBDITO
Que mamen mi banano
y que bronceen mi ano,
que yo acaso con mano
aunque su pija sea tétano
una paja les hago,
a él, ella, su tía o tío,
o a su padre enano
todos decanos de gusanos.
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Que la vida iba con sara, uno lo empieza a encasillar más tarde.
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Como dijo Cristina Almeida la III República será «alta, bella y tendrá peso».
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«El amor se ha vuelto una obscenidad, posesivo, sesgado y selectivo. Va en contra de la modernidad líquida. En contra de el dogma del desapego de la falta de compromiso. Por otro lado el sexo se ha banalizado, es objeto de música, fotos y charlas casuales. Se volvió mundano y común. Ya no te escondes para ver pornografía sino para escribir un poema. Es más fácil que se burlen de ti porque estás enamorado que por estar excitado. Pero creo que inclusive ponerlos en un antagonismo lineal es equivocado. El sexo sin sentimientos muchas veces no pasa de un ejercicio, de acto repetitivo sin un fin, sin una apuesta. Solo los sentimientos, más allá del amor o no, pueden hacer que el sexo sea más de lo que es. Solo el apoyo de las fantasías, el exagero de la mente, el fetichismo de la libido, la sobra del morbo, hacen de una relación algo que vale la pena.»
D. Ruzzarin
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Para evitar el espectáculo desolador de vuestra demencia, mi ojos se inclinan obstinadamente hacia Raticulín y los programas de Iker Jiménez.