Lectura de Farol de Saturno, de Antonio Martínez Sarrión. Libro dividido en dos partes, una primera de preceptos estéticos y éticos, de visión general de los asuntos del mundo, no ayunos del peculiar tono hosco y abrupto propio del poeta, y una segunda elegíaca hacia los objetos modestos del recuerdo, rilkeanamente humildes. Martínez Sarrión en su primera época usaba una suerte de descoyuntamiento textual, una especie de asociaciones psiquedélicas. Prescindía de los nexos oracionales y de las correlaciones lógicas, por lo que su poesía difícilmente emocionaba. Eran como meditaciones autistas. Si no recuerdo mal desde El centro inaccesible hay una inflexión en su poesía para proveerla de mayor comunicatividad y transitoriedad para con los lectores. En este Farol de Saturno la expresión es clara y legible, el discurso muy racional. Con una sarcástica retórica de tono elevado y culto, el libro emociona y traspasa. Acaba un poema así : «En lo tocante a gentes de su edad/según el enunciado/mucho depende la desilusión/de que sean blindados marsupiales/neoconsevadores e irrecuperables/o gentes del común, que aceptan ir en «metro»/y a nadie, con afán denigratorio/motejarían de tercermundista» Yo, en lo tocante a gentes de mi edad, deploro su estética de domingo, su pinta de olifantes ridículos ,que se afanen y engolfen con gordezuelas secretarias, el deplorable río de televisión de su cerebro que Dios hizo a máquina y no a mano, y que carezcan del mínimo afán de distinción, no pegándose un tiro ante el espejo del mundo (que me perdone el poeta la paráfrasis) La mala leche -creo que un rasgo de carácter suyo- del escritor fulge también en esta observación: «Es tan proliferante esta metástasis/de mentecatos y de dominguillos/que, más allá de sus propias boñigas,/solo hablan del mirífico mercado/de que tienen el «móvil» descargado/o de las series norteamericanas./Por eso ya no salgo de casa/sin plantarme/mi escafandra de buzo». Sí, te entendemos. Libro mayor de un poeta ya sin ínfulas vanguardistas.
Lectura de Sarrión
Publicado por christiansanz71
Orate, orante y diletante. Burgués hacendado, aldeano ilustre. Pienso bien, escribo regular -desearía que con distinción-, y hablo mal. Solitario compulsivo. Lector omnímodo, omnímodo, diagnosticado de bibliopatía. Apocalíptico y antimoderno. Debemos apartar el chusmerío de nosotros y buscar el lujo de la mente, también la bondad. Voltaire: “La terre est couverte de gens qui ne méritent pas qu´on leur parle (la tierra está llena gente a quien no merece la pena dirigirle la palabra) “Por desgracia la expresión coquin méprisable , granuja despreciable, resulta aplicable a un número terrible de personas de este mundo” Schopenhauer. “Nec vixet male qui natus moriensque fefellit” Horacio, “No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido”. Mejor no podría ser dicho. O bien igual Ovidio, “Bene qui latuit, bene vixit”, “Quien bien se esconde, bien se da”. Solo y oculto se está mejor en esta hodierna e híspida civilización donde la publicidad está por encima del logro, la revelación por encima del comedimiento, la sinceridad por encima de la decencia, el victimismo por encima de la responsabilidad, la confrontación en lugar de la cortesía, la psicología sustituyendo la moralidad. Para acabar ya, y como divisa o lema: "Litteras ese solas quae homines ese vere convincat", las letras son la única prueba de que se es verdaderamente hombre. Ver todas las entradas de christiansanz71