
(b)
Sánchez (muy probablemente ya no será Presidente cuando se publique este libro) me parece una antigualla, como de folklórica cupletista franquista, como de concurso de reina de la belleza venezolana. España de la Macarena, España de Paco Ibáñez, España de tortilla cebollona.
Burke escribió que al roer a través de un dique, incluso una rata puede ahogar a una nación. Tal este cuatrienio sanchista nefasto.
Parece que Louis de Bonald pensaba en nuestro pomposo Presidente de ajo y vaginoplastias al declarar que los presuntuosos se presentan sin ser llamados, los hombres de verdadero mérito prefieren que se les solicite.
Para él el gobierno es un zoco o apretujado «mercat de Calaf». Siniestro mondonguero y manjarblanquero, galán pechuga, pecho lobo, de oratoria de esparraguito rancio, de logros de videoclip de latón. Propenso a la sociopatía psicológica.
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«Les Espagnols aiment renier leur pays et ses institutions, mais ils ne permettent pas aux étrangers de le faire»
«Quien tenga honra que me siga”
España de donaire como de callampa y hampa, de espías hurgones con roña en la entrepierna y abundante gangrena y pus.
“Imperios he visto yo a manta
que de alabastro y grandeza tanta
de giganta pasaron a enana”.
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La descripción apocalíptica de su época por parte de San Gregorio Magno, testimonia lo que albergaban en su corazón los primeros monjes bibliotecarios al ser (o notar ser) los últimos supervivientes del mundo clásico. Define también, mutatis mutandis, el estado espantoso de nuestra cultura (y gobierno) hoy.
«Las ciudades están despobladas, las fortificaciones derruidas, las iglesias han ardido, los monasterios y los conventos están destruidos, los campos están desiertos, y la tierra, abandonada sin nadie que la cultive, espera desesperada. Ya no vive aquí ningún campesino. Las bestias salvajes sustituyeron a las multitudes. Lo que sucede en otras partes del mundo lo desconozco; pero aquí, en la tierra en la que vivo, el mundo ya no anuncia su próximo final, sino que lo muestra ostensiblemente«
San Gregorio Magno, Dialogues. Tome III (Livres I-III), París, Les Éditions du Cerf, libro III, capítulo 38, 3, p. 431
Ayer me ordené presbítero y puedo trasladarme al fin del monasterio a la corte del obispo de Cambray y en pocos años espero estar en la Universidad de París. Al fin estuve en París; esos estudios pueden hacer a un hombre obstinado y disputador, pero dudo mucho, muchísimo, que juicioso. Tanto tartamudeo e impuro estilo desfigurado lo complican todo y no resuelven nada. Llueve. Hace frío. Dios nos asista. Cojo mi puma, mi tintero y escribo una carta al rey. Busco elocuencia y no hueros argumentos:
Majestad:
El duque de Lerma, afligido y consternado, afecto de asma, se trasladó a Valladolid para iniciar su mascarada. Para fingir pobreza vende bienes, para fingir santidad dice querer hacerse jesuita. El conde de Olivares da orden de detener a Lerma. Poco después se oirá un anónimo por los pueblos de España: «Aquí yace un reino entero/Olivares lo mató/catalanes lo acabaron/los monjes lo amortajaron/y Portugal lo enterró».
Atento mi rey Felipe VI, que el reino debe ganarlo. Este escritor le recuerda que en el Palacio de la Justicia de Florencia figuraba la siguiente inscripción «Oportet misereri», es decir, es necesaria la misericordia, pero que los litigantes y pleiteantes, recuérdelo majestad, traducían como puerta de la miseria. Así que muy atento.
Ahora la misericordia se confunde con la miseria, y la miseria son esos míseros orates gobernantes, el torcido Sánchez, la turbamulta a menudo injusta. ¿Qué es la Justicia? Jurris praecepta sunt haec: honeste vivere, alterum non laedere suum cuique tribuere, estos son los preceptos del derecho: vivir honestamente, no dañar a nadie, dar a cada uno lo suyo.
¿Lo habéis oído borrico Presidente Sánchez, peluche Junqueras, sedicioso Puigdemont, mafioso Pujol, nadería Forcadell, verdulera Colau, fea Ana Gabriel, racista y lacayo Torra? ¿Lo oyes Echenique, o tú estalinista Iglesias, o tú, oh ministra astronómicamente analfabeta? No lo habéis oído y siempre susurrará en vuestro corazón el fracaso, la cofradía del fracaso. Porque no sabéis ni jamás sabréis lo que es y significa deleitarse en la compostura del alma, en la libertad de la Concordia y el Conocimiento, o más llanamente, en la Libertad.
Y a los viles profesores de Secundaria y Universidad que son como atenienses predicando a favor de Esparta -los estudiantes son solo santos inocentes manipulados como Chupa-chups-, a muchos viles que abundan y adoctrinan, a los viles que alimentan a la hidra catalana y vasca, o al bolchevismo de pimienta y cayena, les recuerdo que si Bocaccio o Petrarca siguieron a alguien, siguieron a los mejores, y siguieron lo que su propio ingenio y la propia eminencia de su juicio natural hacia más altura les llevara. Buscaron la gloria de la excelencia, y, como peste, evitaron ser siervos de la miseria, la bajura, que tanto abunda en la historia, general y particular.
Majestad, en vos confío, a los tunantes catalanes sediciosos hágales tragar la hiel y el ricino con vuestra grandeza. No se fíe un pelo de este gobierno social-comunista anti-español. No permita bajo ningún concepto la disgregación del reino.
Aprovecho la ocasión para mandar un saludo afectuoso a la reina, la princesa, y la infanta.
Siempre sinceramente suyo. Un escritor español.