Se difunde y escampa la excelencia de los mejores -aristoi- desde la cúspide de la pirámide a todo el cuerpo social, a través sobre todo de la educación, pero también por otros caminos como pueden ser el periodismo, los medios de comunicación, las revistas, la vida parlamentaria, distintos cenáculos ciudadanos, los museos, y muchas otras plataformas; así un edificio o una organización vecinal pueden ser civilizadas o bárbaras.
En las escalinatas de edificios nobles vieneses la altura de los peldaños está pensada para que las suntuosas damas no enseñen pantorrillas inconvenientes o acaso trastabillen pisándose las faldas del vestido. En una noble filípica política se apela al razonamiento ancho, se interpela a la generosidad y grandiosidad del espíritu. En un buen periodismo no se mercadea con la opinión ruin y caldeada y morbosa, sino que su referentes son la verdad y la expresión elegante de la verdad. La retórica capciosa, chulesca y roma de un parlamentario como Rufián es lo mismo que pintarrajear de grafitis un bello edificio, o bien un chismorrear de verduleras violentas y soeces. Entonces se difunde y escampa lo peor, los más viles y vulgares contraejemplos de bondad, verdad y belleza.
Tengamos las paredes de las casas pulidas y limpias. Exijamos lo mejor, denostemos la anemia vírica de los peores. Lector, en tu vida común y consuetudinaria, abroga en pos de la eminencia, denuncia la incuria mediocre. Lee buenos libros, piensa perspicua y claramente, vístete con ricos paños curiales de alcurnia. Pon tu grano de arena para que triunfe la civilización. Una sociedad o democracia como un todo se define por la calidad de cabeza y corazón del ciudadano o demócrata tomado uno a uno. Tienes tu parte alícuota en favorecer lo selecto y enmendar así lo peor. Elige la gloria que esplende y el deseo que aumenta. Juzga como libre. Investiga los altos poderes estéticos, discierne con criterio alto, fomenta la delicada sabiduría. Huye de ese lodazal llamado el aquí y el ahora, la televisión y el mamoneo, el infértil yo patológico. Que tu corazón no sea de ocio tabernario sino de vigor nocturno de jabalí. Alístate en las filas de los que suman más. Y no seas «pueblo», que el pueblo es un eterno y estéril menor de edad. Porque lo capital del asunto no es ser individualista, sino individuo.
«El mundo moderno está compuesto por bribones e imbéciles».
Huysmans.
«El sector más zote de la izquierda -como las lumbreras que ocupan el Ayuntamiento de Barcelona- suele considerar que el orden público es cosa de la derecha, de los fachas. Los profesionales del progresismo convierten la ciudad en una franquicia de Can Pixa i Rellisca. Y, además, contribuyen a que las próximas elecciones las gane un animal de bellota…
Una ciudad desprovista de gentuza es una quimera. Pero hay que conseguir el equilibrio como el neoyorquino con las cucarachas: las concentra en la cocina para que no invadan el salón.»
Ramón de España.
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