
Yo nací y me crié en medio de una burguesía muy rica, pero tan hacendada como culta. En mi casa se vivía intensamente la cultura, y más por ser una burguesía provinciana. Hasta más allá de los veinte años nunca me subí al bus o al metropolitano; era niño y adolescente de taxis. Pero una serie de imponderables e infortunios hicieron que se cambiasen las tornas, y a partir de ahí conocí el alma popular. Y de las muchas (múltiples) cosas que me sorprendieron es que ínsito en las creencias y fantasías populares estaba el deseo de fama, de popularidad, de no ser anónimo; veían como un don ser un futbolista internacionalmente, mundialmente famoso, una dicha ser una estrella del pop conocida urbi et orbi, el no va más poder ser un cocinero o un aristócrata cuyas vidas se relataran con todo pormenor en el papel couché.
De ahí al excremento de Gran Hermano solo hay un paso imperceptible y natural. Pero qué estúpido es ese exhibicionismo y qué insustancial ese morboso deseo de reconocimiento. Epicuro de Samos, perspicuamente, aconsejaba vivir a escondidas, vivir oculto. Horacio y Ovidio reformulan esa idea. «Nec vixet male qui natus moriensque fefellit», Horacio, «No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido». Mejor no podría ser dicho. O bien Ovidio, «Bene qui latuit, bene vixit», «Quien bien se esconde, bien se da». Maravillosa -y certera- observación. Los andrajosos punks tenían la nihilista divisa «No future»; mucho mejor: «No fame».
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Publicado por christiansanz71
Orate, orante y diletante. Burgués hacendado, aldeano ilustre. Pienso bien, escribo regular -desearía que con distinción-, y hablo mal. Solitario compulsivo. Lector omnímodo, omnímodo, diagnosticado de bibliopatía. Apocalíptico y antimoderno. Debemos apartar el chusmerío de nosotros y buscar el lujo de la mente, también la bondad. Voltaire: “La terre est couverte de gens qui ne méritent pas qu´on leur parle (la tierra está llena gente a quien no merece la pena dirigirle la palabra) “Por desgracia la expresión coquin méprisable , granuja despreciable, resulta aplicable a un número terrible de personas de este mundo” Schopenhauer. “Nec vixet male qui natus moriensque fefellit” Horacio, “No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido”. Mejor no podría ser dicho. O bien igual Ovidio, “Bene qui latuit, bene vixit”, “Quien bien se esconde, bien se da”. Solo y oculto se está mejor en esta hodierna e híspida civilización donde la publicidad está por encima del logro, la revelación por encima del comedimiento, la sinceridad por encima de la decencia, el victimismo por encima de la responsabilidad, la confrontación en lugar de la cortesía, la psicología sustituyendo la moralidad. Para acabar ya, y como divisa o lema: "Litteras ese solas quae homines ese vere convincat", las letras son la única prueba de que se es verdaderamente hombre.
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