Al hablar de la música, de su esencia o definición o explicación, propendemos -creo- indefectiblemente a cierta cháchara de altura o encadenamiento de proposiciones o sentencias intelectualoides, a ciertos obiter dicta injustificados. La música es, deviene, pero difícilmente es un objeto cognoscitivo a elucidar. Dilucidarla suena a paradoja, a enfrentarse a un límite infranqueable, a expresar lo inexpresable. Carece de figuración. Es sumamente abstracta y reacia a la analogía. Citando al melómano filósofo vienés, la música se muestra no se demuestra. Acaso la musicología sea saber infuso como la teología o la astrología, o ciencia un si es no es esperpéntica como la heráldica o la física de los pitufos. Pero lo gracioso del asunto, lo que más nos pone (valga la avulgarada expresión), lo que nos concierne e insta es hablar de lo que habla pero no puede hablar, es que aquello imposible de hablar con conclusiones claras y concisas es el único tema donde valen la pena conclusiones cartesianas. ¿Qué es la música? Intentemos algunas pueriles, sencillas y vergonzosas definiciones.
1. el Todo que es Uno, y en el axioma pesa el juicio y el gusto.
2. la Nada en sí misma, y el tam tam es un movimiento muy enérgico que rechaza los valores epistemológicos
3. un muy hondo y muy profundo significado de las cosas y la vida, y la vida reclama ese profundo poco cambio que hay en ella
4. el pulsamiento del Ser (se diga como se diga el Ser), el timbre con una corriente conformada por todas las especies de armonías
5. la Voluntad en sentido shopenhaueriano, y la Voluntad ¿puebla nuestros comienzos?¿poblará nuestros futuros?
6. un rito de Apolo o de Dionisio que nos vuelve alada el alma (alas de fuego o de hielo), ya que entre el aticismo y el asianismo hay un nutrido raudal cibernético
7. la suprema Forma Matemática, la Belleza Matemática, y con presencia o ausencia de marco coherente jamás deja de fulgir el Poder de la Forma
8. la extendida piel de Eros como una media de mujer, sexo-sado-saxo-equis-psique
9. lo indistinguible e indiferenciable e indiscernible de la poesía, y la poesía que se lee como el aspecto histórico de una novela
10. la negra bilis de la melancolía y un árbol de sonrisas, un collar du cummun et du dialogue entre les cultures, universel
11. como ver una gran película en un cine, como la anestesia generalizada de nuestras vidas particulares
12. como la cóncava y fresca clorofila, como el psicomoro que en el año 2005 produjo 699 películas en Hollywood con sus respectivas bandas sonoras
13. el fluir gozoso y alegre por los astros (cuanta música como una nube roja en el cielo), astros pulcchrum autem et pulchritudo non sunt dividenda in causa quae in uno tota comprehendit, con lo bello y la belleza indivisas y en aquella causa que solo en sí todo lo comprende
14. el labio podrido y tumefacto de la muerte (cuanta música con instinto tanático), muerte como las instituciones sociales que dudo tiendan a que los individuos se posean a sí mismos, y que ahoga la magia de la vida
15. el destino que une y la pasión que no odia, el destino como la disposición más conveniente de un orden a un fin. El final de la fuga.
16. como un puñal invisible entre las vértebras o sacudiendo la médula espinal, nácar de la naturaleza que siempre no para de instruirnos e ilustrarnos con su melodía
17. el bisbiseo de una voz no se sabe si terrena o divina. Bach es totum harmonia.
18. la savia o la sangre del Universo o de Dios. Mozart es luminis per elevationem supra materiam. Fuera de la escala del mercado mundial no hay salvación, Dios en Navidad es salvación.
19. el ir deshilachándote o desorganizándote sutilmente, como desorganiza que seamos todos homos consumens y homos videns y homos tecnologicus
20. aquello que te ordena muy íntimamente por dentro. Hagan la prueba, si están muy excitados pongan a Bach; automáticamente el animal herido se ordena de sus vísceras sanguinolentas.
21. el camino real a la soledad (cuanta música como un bosque o una montaña o un páramo o un desierto) Pero si te enamoras escuchar música acariciando a tu amor es sublime.
22. el negro jade y el más dorado oro. El oro de Fermat.
23. El puro silencio. Sicut est silentium in natura, sic debet esse in arte. Tal como es el silencio en el arte, así debe ser en el arte.
La radiación fósil de las ondas sonoras en la memoria de Dios se reavivan y sintonizan en el oído musical, así que, ladies and gentlemen, poner el oído es poner el alma