«No me hable usted de los tiempos modernos, a propósito de lo grandioso. No dan ni para satisfacer la imaginación de un folletinista de la peor calaña»
«De todas las cosas relativas a la política, la única que comprendo es el motín. Fatalista como un turco, creo que todo lo que podemos hacer por el progreso de la humanidad, y nada, son exactamente lo mismo»
«¡Menudo jaleo ha provocado la industria en este mundo!¡Qué escandalosa es la máquina! A propósito de la industria, ¿has pensado alguna vez en la cantidad de profesiones idiotas que genera y en la cantidad de estupidez que, a la larga, engendrará?»
«Lo que me abruma es, primero, la feroz estupidez de los hombres, segundo, el repugnante mundo que se avecina donde no habrá lugar para gente como nosotros porque toda será utilitario y militar, con gente ahorradora, mezquina, pusilánime, abyecta»
«Lo único razonable en materia de política es un gobierno de mandarines, siempre que los mandarines sepan algo y, si es posible, mucho. El pueblo es un eterno menor de edad»
«En resumen: prefiero la vida más austera, la más solitaria y la más triste, a tener que pensar en el dinero. Renuncio a todo mientras me dejen tranquilo, es decir, mientras pueda conservar mi libertad de espíritu»
Orate, orante y diletante. Burgués hacendado, aldeano ilustre. Pienso bien, escribo regular -desearía que con distinción-, y hablo mal. Solitario compulsivo. Lector omnímodo, omnímodo, diagnosticado de bibliopatía. Apocalíptico y antimoderno. Debemos apartar el chusmerío de nosotros y buscar el lujo de la mente, también la bondad. Voltaire: “La terre est couverte de gens qui ne méritent pas qu´on leur parle (la tierra está llena gente a quien no merece la pena dirigirle la palabra) “Por desgracia la expresión coquin méprisable , granuja despreciable, resulta aplicable a un número terrible de personas de este mundo” Schopenhauer. “Nec vixet male qui natus moriensque fefellit” Horacio, “No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido”. Mejor no podría ser dicho. O bien igual Ovidio, “Bene qui latuit, bene vixit”, “Quien bien se esconde, bien se da”. Solo y oculto se está mejor en esta hodierna e híspida civilización donde la publicidad está por encima del logro, la revelación por encima del comedimiento, la sinceridad por encima de la decencia, el victimismo por encima de la responsabilidad, la confrontación en lugar de la cortesía, la psicología sustituyendo la moralidad. Para acabar ya, y como divisa o lema: "Litteras ese solas quae homines ese vere convincat", las letras son la única prueba de que se es verdaderamente hombre.
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