España tumorosa, gangrenada, callosa, hedionda. Llena de fámulos subsidiados y puerilizados, cebados con un fétido olor a pesebre acartonado, fútbol, y podredumbre de yogur. España de caudillos simplones y colchoneros. De melocotoneros o pinos con gusanos. España leprosa y llagada.
En Castilla los ayuntamientos convertían en nobles a cabezas de familia; exentos entonces de pagar impuestos a cambio del pago de una tasa; España villana. Lingua franca de la adolescencia y el subdesarrollo modernos.
Felipe II prohibiendo la obra de Bernardino de Sahagún o la reacción de Francisco Xavier en Japón «Esta tierra está llena de idolatría y enemigos de Cristo»; España analfabeta y clericanalla.
Imperio pasado y sin modernizar, tosquedad, pobreza, el enfermo de Occidente, Hacienda recurrentemente arruinada, vergüenza del informe PISA; España: símbolo mundial de idiocia.
Frívolo cubo de basura. Firma falsa de talón bancario. Aquí solo importa el tomate triturado del Mercadona y la comida enlatada.
Los españoles no tienen ni caras ni sonrisas bonitas. Hoscos y broncos e hirsutos vaqueros. Cabreros gordos y peludos y rechonchos. Invasión de políticos imbéciles. Los españoles son cagabandurrias, anos diarreicos. Y también mierdaollas, sarnosos, malasombras de nabo enano, vomitoverrugas, galligilipuses, mamobueyes, vacapútridas, derrapaneuronas para papar moscas, y esa lenta digestión cerebral como disecado cachalote.
Una sociedad de botarates y mequetrefes dominados por la beatería de la SER. Raza de última clase. Aborígenes africanos rudos e intolerantes. Vertebrada por telenovelas turcas, programas de telerrealidad, aquelarre de bazofia tuitera, botox, cero número de lecturas, series cutres de vampiros, universidades sin conocimiento ni universalidad, desgana en el trabajo, ambiciones obscenas, moral de usar y tirar, comatosa y encenegada vida pública, patinetes, jubilados en chándal, periodistas bananeros, una Corona de despojos, espías Anacletos…Cuánto fastidia este tedioso zócalo mugriento.
Menores de edad gobernando a menores de edad. Israel, Francia, Inglaterra…; debo exiliarme bajo vuestra égida alegando la evidente catetez hispánica. Tierra cabezuda de capellanes gritones, labriegos que se mean en las manos, tenderos sin uso de agua o jabón, y todos con un habla como el descosido mandril de los apologéticamente subdotados.
Huir, huir. Donde florece el limonero o hacia los países de la abundante nieve. Pero nunca más tiempo aquí dentro.
P.D. ya me aburre escribir contra España. Debo cambiar de tema
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Cavernosamente malvado, carbonífero de cloacas periodísticas, faldillero de onagras, trono imperial del chusmerío más «hooligan», sin ideas tangibles, pero experto en cacofonías, en tonteninas a granel, cree que pontificar con pimienta y cayena es el súmmum de la política. Su misticismo pomposo en el fondo es cruel. Su ballet bolchevique es todo ausencia de color y apología de la monotonía, del gasto desmedido, del proletario arruinado, su débil hormigueo populista es la más ingrata promesa de futuro. En lugar de inspirarse en la música, lo hace al oír correr su gato beodo correr por encima del teclado. Mentiroso obsesivo, como Sánchez. Stalin bufonesco. Con un credo intelectualmente inane, estéticamente palurdo, sociológicamente manipulado, científicamente paupérrimo e imposible.
De Pabo Iglesias se predica lo mismo que Revel dijo de Chevénement: «Lenin provinciano y beato, perteneciente a la categoría de imbéciles con cara de hombres inteligentes, más traperos y peligrosos que los inteligentes con cara de imbéciles»
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«Un pueblo inculto no sabe pensar ( puesto que se piensa con el lenguaje) y un pueblo que no sabe pensar ni es verdaderamente libre, ni por tanto tiene acceso real -aunque lo parezca- a las virtudes de la democracia que son virtudes de libertad, opuestas en todo al estúpido y castizo: ¿Dónde va Vicente? Donde va la gente. Un dicho de gañanes, por qué no usar el nombre… ¡Pobre Quevedo que instó a Baltasar de Zúñiga a traducir a Montaigne hacia 1634! Somos uno de los pueblos más incultos de Europa. Y eso que no he mencionado, en nuestro autor, las citas en griego. ¿Pero qué es eso?, berrean.» L.A. de Villena.
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Leer es encontrar, en aquello próximo a nosotros, elementos que nos sirvan de forma plausible para sopesar y dirimir, para insinuar y razonar, y que nos llena de la convicción cierta de que somos una naturaleza libre de tiranías, nunca lacaya, con elegante aprecio por su soledad.
«El acto de leer es profundamente solitario. Separa al lector del resto de la habitación. Sella la totalidad de su conciencia detrás de los inmóviles labios. Los libros amados son la sociedad necesaria y suficiente de los solitarios. Estos cierran la presencia de intrusos. En resumen, en el acto de la lectura hay una furiosa intimidad que clama silencio.» G. Steiner.
Le règne de la quantité et les signes des temps, dijo Guénon. Sobre el río de Atenas, o en las colinas de Roma, sobre Jerusalén, pispea la niebla. Y las cubre. Leamos para defenderlas y despejarlas.
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No me quiero precipitar, pero creo que mi hija de tres días es superdotada.
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«Constato, más cada día, que el mundo de ayer, el mundo de aún hace poco, se hunde. No sé si en lo futuro -tras esta Edad Media- vendrá un tiempo más rico y de fulgor; supongo, pero ahorita todo es más feo, más agraz, más áspero, más sórdido. Un tiempo de vulgaridad e ignorancia. No lo entiendo, no me gusta. Nuestros templos caen y nuestras letras con ellos. La grisalla es atroz. La oclocracia, detestable. Hace ya años que vivo refugiado, huyendo. Pronto no habrá nada o casi nada». Villena, fragmento del Postfacio a su novísimo poemario «Lujurias y apocalipsis», Visor.
El mundo se derrumba, o está caído ya. La cultura en trance de desaparecer, si no desapareció ya. Los califas abásidas los esclavizan como mamelucos, y la plebe se goza en sus cadenas, probablemente porque no entienden ni saben lo que es la libertad y la riqueza. Peinaovejas lechuguinos, pánfilos simplones de cerebro calloso, nos gobiernan (más horteras que una bailarina con chirucas) Los políticos son o incapaces o esportularios (disyunción no excluyente)
Parece este mundo diseñado para paleros y paletos.
Nos queda la celda monástica. Usted o Álvarez enriqueciendo nuestra vida, y vestirnos con paños curiales al entrar en el Museo, tener algún digno pensamiento mortal en mitad de la noche. «Lujurias y apocalipsis» es una cuña contra este espanto atroz. Una bota de plomo nos aplasta la boca, un crujido seco y frío bufa en nuestros pulmones. «Lujurias y apocalipsis» es fármaco que despierta la mejor memoria.
Aquí ya el ocaso, crepúsculo y declive de Occidente. Un McWorld con una acelerada desigualdad económica y social, depauperación de la clase media, dominio de las élites plutocráticas, decreciente conciencia y calidad intelectual, infantilización, abrumador nivel banal de la cultura, crisis de la escuela y la Universidad, barbarie y orgullo público del sandio por ser eso mismo: ignorante y sandio. Y muerte del espíritu; apología del sensacionalismo, de la chismografía, abundancia de hombres huecos como si estuvieran solo rellenos de paja, aparición en el escenario social de costumbres inanes, de puros gestos sin contenido, pérdida de crédito de la ley y lo sólido, enemas emotivos de una espiritualidad de autoayuda, derrumbe del canon estético, etc… . Un universal bibelot kitsch en la mente de los hombres donde todo contiene mensajes comerciales y donde se vive una supresión del silencio y la lentitud. Donde abunda lo estúpido, falso, torpe, lo sin talento, vacío y aburrido y que la gente alienada cree elegante, genuino y brillante (léase programas de telerrealidad o tertulias de deporte y famoseo, música sentimental, fastos gregarizadores donde la horda se animaliza en manada, el fraude de novelistas que derrotan el pensamiento y aniquilan la retórica por la simple adrenalina agramatical, los millones de irrelevantes contactos en las redes). No es ya que no se sepa distinguir basura de calidad, es que se toma la misma basura como calidad ¡Qué escasa es la inteligencia en el planeta! !Qué pobre el espíritu! Con esta cultura y espíritu de broma la identidad personal aparece como un cadáver. Telenovelas turcas, concursos de preguntitas, películas mediocres, Instagram, Netflix, Tik Tok, Smartphone, el alma convertida en rosas palomitas de maíz kitsch y pizzas a domicilio.
O sea, incremento de la pobreza, brutal ignorancia, y kitsch vital.
El mundo pertenece a los apaches crápulas. Crepés de rosa-rata y verde-pistacho brillan en el cielo de gasóleo.
Villena tiene a la Belleza y a la Cultura. Su libro lo muestra. Me siento menos solo y sabiamente explicado. Gracias. De veras que muchas gracias maestro.
