Una meditación

UNA MEDITACIÓN
De «El falso aristócrata»
Hay afán apostólico pero ausencia de bondad.
Inmensa (galáctica) mayoría de miseria y minoría audaz de riqueza.
Llanos ensangrentados, polémica constante,
soles y lunas tibias devoradas por lobos, pietà de piedra
para una ofrenda silenciosa de espinas,
gusanos licuados en la mente de los amantes,
caminos sin esplendor, iguales que la vida,
manicomios donde la soledad es real, no verbal,
confusiones en los significados evidentes,
ermitaños en una urbe sin libros ni élites valiosas,
hay tierras viejas donde no emerge el alba,
hay la mierda de la vida y esta vida de mierda.
No, filósofo bigotudo, agresivo, y filólogo asaz precoz,
aunque el pastor venza el asco y muerda atrevido
la cabeza de la serpiente, jamás se liberará.
Todos perdemos la indecente partida de ajedrez
ante ese caballero de piel nívea y túnica negrísima.
Poco más somos que un alma insignificante
que sustenta un cadáver o la carroña de leyes arcaicas.
Con fragmentos de estrellas construimos ruinas.
¿Hubo perfume en el olor de tu rostro?
¿fue real el sabor a tabaco de tus labios?
¿fue desvelado el misterio -un cine oscuro-
de Alcibíades, de Diotima, de la música blanca
dentro de (arrebujados, íntimos) las tiendas sioux?
El amor es una nota clínica patética, fugaz, turbulenta,
un animal que ataca a la llamada de la belleza y acaba.
Los cascotes de este mundo, dentro de poco,
morirán algo después que yo ¿Importa?
Muecas y larvas nerviosas de cabra putrefacta.
El aliento de un «accelerando» se mueve:
caducidad, ancianidad, vetustez, decadencia.
Dios en su cielo orina, defeca, bosteza,
Dios no mira lo creado como se miran dos cuerpos
enamorados cuando amanece y la noche huye.
Dios es Verdad de empréstito, Patria de bisutería,
Partido con inferencia publicitaria, Televisor en la sangre,
Turismo de selfie, Sexo cinegético, Deporte sin gloria, Historia sin poesía, Ciencia de fraile, Noticias sin memoria, Fama de vedette,
Dinero para almacenar, ostentar y no pensar.
Dios no es, pero será -afortunadamente- cuando no existamos.
Plagio mucho (por soberbia, timidez y decoro);
dejo el estrado a Hesíodo: «son incontables
los males que ahora caminan entre los hombres,
está plagada de peligros la tierra y plagado de peligros
está el mar. Y a los hombres les visitan las enfermedades
tanto de día como de noche, con la mayor naturalidad,
y en silencio los arrastran a la desgracia pues el piadoso Zeus
les arrancó las voces, que eran insoportables».
También las campanas doblan por ti.
Y paz a los hombres, si todavía es posible.

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