Prólogo del enormísimo escritor gallego y buen amigo Santiago Lamas a mi próximo libro. Gracias Santiago, de veras, y también por los elogios desmesurados.
DIARIO DE UN ESQUIZOFRÉNICO. Christian Sanz. El Cercano. 2023
«Christian Sanz ha pedido a un psiquiatra que escriba el prólogo de este libro y a otro psiquiatra, el epílogo. Creo que los dos, con acierto, pese a su título, se han negado a considerar la inteligencia, la erudición babélica, el humor, la ironía y la buena prosa, de este Diario, como signos de alguna patología de las que acogen los manuales diagnósticos, siempre tan volubles, impotentes y desconcertantes.
Según la venerable terminología de Umberto Eco, Christian es, sin duda, un apocalíptico, no un integrado, pero de ningún modo, y aquí invoco mi antiguo oficio por una única vez, un “desintegrado”. Es cierto, eso sí, que este Diario desafía las categorías habituales de lo literario: es y no es un Diario; es y no es una crítica literaria; es y no es una antología poética, una crítica política, un comentario filológico de griegos y latinos de la antigüedad, una autobiografía, un múltiple ajuste de cuentas (sin rencores), un tratado sobre la decadencia de la cultura y la estupidez reinante, una selección de aforismos, dicterios, citas temáticas, intimidades e intimidaciones…
Parece escrito, a veces por Zaratustra, a veces por Diógenes, por Madame de Stael, de Sevigné o du Deffand, otras, por Horacio o Montaigne, por el Pedro Mexía de Silva de varia lección, por el melancólico bibliotecario Robert Burton, por autores olvidados o perdidos en la biblioteca de Babel y, a veces, por un Coroliano que, sin el orgullo y arrogancia del de Shakespeare, desprecia con razones inapelables, este vulgar populacho contemporáneo que todo lo invade y degrada. Pero hay iluminaciones en este texto que son, solo pueden ser, de Christian Sanz y son esas luces las que hacen brillar el texto y lo hacen suyo, solo suyo.
No es la opinión de un lector interesado. Es el propio Christian quien define lo que pretende que sea su libro:
«Desearía que mi Diario se aproximara a la Varia Historia de Claudio Eliano, un popurrí o miscelánea de ensayos breves, citas, anécdotas curiosidades…Algo ligeramente erudito, entretenido y compilatorio. Como fue el Banquete de los Eruditos de Ateneo de Naucratis…»
Y, excepto el “ligeramente”, así es. Porque: ¿Cuál es la escritura apropiada, el modo de contar, cuando uno ha leído o al menos visitado, los 20.000 volúmenes de su biblioteca personal? Yo soy yo y mi biblioteca podría decir Christian o, mi patria es mi biblioteca, como decía Canetti. Con tal abundancia de material bibliográfico, su escritura, no podía ser de otro modo, es expansiva y oceánica pero siempre transparente, moderada con diligencia, por esa especie de obsesivo «understatement» con el que define su escritura, esa infravaloración y subestimación irónica de lo propio, tan gallega, de la que los británicos, (los de antes) como es costumbre, se apropiaron y convirtieron en rasgo de carácter nacional (1) «Alguna cultura tengo; algunas veces no soy un escritor mediocre», repetirá Christian a menudo a lo largo de su libro (2).
De padre catalán y madre gallega, con vida en las dos tierras asomadas a dos mares, puede que sea esa mezcla de lo catalán y lo gallego, biológica y cultural, la que produce esa subestimación y este OLNI, objeto literario no identificado de los que yo solo puedo acreditar un antecedente que me callaré por pudor.
Conviene que el lector sepa, (y no se asuste) que la heroica combinación de cientos de citas eruditas, en latín, inglés, francés o italiano (algunas veces sin traducir) y sin notas a pie de página, con las que se va a encontrar, le exigirán al menos dos precauciones: la lectura fragmentaria y reposada en el tiempo, y el inevitable recurso ocasional a Internet o a una enciclopedia, si uno es un nativo no digital y no por su falta de claridad, sino por su erudición, pues es prosa siempre clara y transparente, ajena a los retruécanos barrocos de Derridas y similares que obscurecen todo lo que tocan. Respetando estas dos advertencias el libro abre universos más allá de los archipiélagos siderales de Rimbaud y de la Puerta de Tanhausser del replicante de Blade Runner.
Si escribiera en gallego (o en portugués) yo llamaría a este libro deslumbrante en su aparente caos y con permiso de Pessoa, «Libro dos desabafos» porque, quizás el tema recurrente de su texto, es la irritación producida por la generalizada vulgaridad y estupidez que padecemos y Christian sabe, como Cioran, que la vulgaridad es contagiosa pero la delicadeza, jamás.
Esto, es un libro. Y no hay más que decir.
(1) Recuerdo, entre muchas otras ocasiones, la respuesta de un ganadero gallego con una granja de más de mil vacas a un periodista ingenuo que lo entrevistaba: ¿Tiene usted muchas vacas?… Alguna tengo, fue la respuesta.
(2) Tony Mayer en su libro La vie anglaise publicado en 1959 daba algunos ejemplos; No sé mucho de eso (es en realidad un especialista); no está mal (es una maravilla); Tal vez me equivoco (estoy seguro)…»
Enhorabuena Christian, me alegro mucho de la publicación de tu libro. Avísame cuando esté a la venta.
👏👏👏 Una genio. Te lo he dicho siempre.
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