Vigorosamente desprecio el fútbol. Bufones y pavos reales en calzoncillos, millonarios horteras analfabetos. Ya puedan las hordas impunemente desindividualizarse, gregarizarse, colectivizarse, muy contentos frente al televisor con una lata de cerveza bebida a morro y suspirar por asesinar al árbitro (con el coronavirus no podrán devastar el estadio y la ciudad que lo alberga)
Creo que es un deporte que entrena a la gente para ser estúpida. El embrutecimiento es la receta o panacea ideal para una sociedad condenada a convertirse en una suma de bacterias, una masa informe de bacterias gritando histéricas a favor de su equipo y en contra de la hinchada opuesta. El fútbol, en fin, adula inteligencias limitadas, ocios burdos tabernarias, inhóspitas y rutinarias y deprimidas vidas.
Comprar, poseer cosas en lugar de ideas, y tardes bulímicas de fútbol. Para que no termine el cencerreo de nuestras mentes (la primera palabra que dice un niño español es «goooool»)
Orate, orante y diletante. Burgués hacendado, aldeano ilustre. Pienso bien, escribo regular -desearía que con distinción-, y hablo mal. Solitario compulsivo. Lector omnímodo, omnímodo, diagnosticado de bibliopatía. Apocalíptico y antimoderno. Debemos apartar el chusmerío de nosotros y buscar el lujo de la mente, también la bondad. Voltaire: “La terre est couverte de gens qui ne méritent pas qu´on leur parle (la tierra está llena gente a quien no merece la pena dirigirle la palabra) “Por desgracia la expresión coquin méprisable , granuja despreciable, resulta aplicable a un número terrible de personas de este mundo” Schopenhauer. “Nec vixet male qui natus moriensque fefellit” Horacio, “No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido”. Mejor no podría ser dicho. O bien igual Ovidio, “Bene qui latuit, bene vixit”, “Quien bien se esconde, bien se da”. Solo y oculto se está mejor en esta hodierna e híspida civilización donde la publicidad está por encima del logro, la revelación por encima del comedimiento, la sinceridad por encima de la decencia, el victimismo por encima de la responsabilidad, la confrontación en lugar de la cortesía, la psicología sustituyendo la moralidad. Para acabar ya, y como divisa o lema: "Litteras ese solas quae homines ese vere convincat", las letras son la única prueba de que se es verdaderamente hombre.
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Bravoooo, bravoooo… 🤜🤛
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