Apología del aldeano

Photo by Pixabay on Pexels.com

Un engarce más vital con la experiencia lo tenemos los aldeanos. Marx habló con sarcasmo de «la idiotez de la vida rural». Sí, existen limitaciones y claras torpezas, pero compensa una mayor profundidad espiritual e inmersión en lo inmediato. El sentido de lo profundo y la conectividad natural de las cosas, nuestro cauto conservadurismo, conspira contra esta Era Lateral y Turbocapitalista, contra un ambiente cargado de burda ironía, contra el desprestigio de términos como «verdad», «alma·, «Dios», o «destino». Puede que nuestra perspectiva sea en términos generales más estrecha y menos cosmopolita; pero en las aldeas hay capillas, y donde hay capillas solo puede haber civilización.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s