Fama

Photo by Eren Li on Pexels.com

Para vivir, la fama antañona no sirve. Muta la fama en adaptabilidad a los media.

Según la RAE, «fama» significa:

1. f. Condición de famoso. No hay que confundir la fama con el éxito. Un arquitecto de fama universal.

2. f. Opinión que la gente tiene de alguien o de algo. Los dos hermanos tienen fama de luchadores.

3. f. Buena opinión que la gente tiene de alguien o de algo. Un escándalo manchó la fama de la institución.

4. f. Noticia extendida acerca de algo.

En El Ancien Régime la modalidad espiritual de famoso estaba connotada positivamente. Es la «buena opinión» de la tercera acepción. Claro que existían afamados emperadores vesánicos, o militares y estrategas salvajes, contraejemplos en una palabra, pero la fama poseía un rasgo de imitación heroica (léase a Plutarco)

Miguel Ángel era grandioso y noble, como otros fecundos matemáticos, filósofos, astrónomos, músicos o poetas. Hoy somos arrollados por una revolución mayor. Alguien cocinando un huevo frito en calzoncillos (mejor si los suspensorios están sucios y desastrados) con la espalada tatuada con el dibujo de una serpiente comiéndose a una rata, es famoso si lo graban las cámaras de GH. Un mamarracho que en lugar de reformar la legislación para bien de la polis, se dedica a lamer váteres infectados con covid, salta a la fama. Un ganador del concurso mundial de micropenes, del concurso mundial de lanzadores de sandías o huesos de aceitunas, un mafioso destripa vientres, un graciosillo que le toca el culo a la presentadora de los mundiales en la tele con su peluca o su montera de torero y su tintura de la rojigualda en la cara, ésos, son carne de entrevistas y futuras celebrities. Lo importante no es la fama por la obra bien hecha, lo único que cuenta es ser la comidilla en la aldea más o menos global, estar en boca de todos SIN importar nada que se esté en boca de todos por ser corrupto, pedófilo, el mayor cornudo del Reino de España o el más tonto de la clase. La máquina de espectacularizar no discrimina; engulle, saliva, traga y excreta. La máquina de la fama no premia el valor, incluso lo rehúye. Hay que cagarse en tu madre para ser famoso, deglutir excrementos en un happening para ser famoso, disfrazarse de virgen y puta para ser famoso, matar con una ballesta para ser famoso.

Ser un genio inventivo o de los mejores en tu oficio carece de aura. Que en el súper y el bar hablan de ti. No importan los motivos. El resto es mala literatura.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s