
La canallería incívica, bárbara y vándala son menos que miasmas infectas. Vándalos y suevos cruzan el Rin. Alarico saquea Roma. Los godos completan la conquista de Italia. De la muchedumbre (podedumbre) anfibia y mal nacida surgió demasiado español torticero y tartaja. El único mérito de esta civilización es que es tan mala y nefasta como la misma civilización.
Palingenio: “Tanta est penuria mentis vbique / in nugas tam prona via est!” (Tal es la penuria de la inteligencia en todas partes / que las tonterías tienen allanado el camino) «El impulso de lo útil y el envilecimiento de las actividades del espíritu podría tener como efecto que los hombres democráticos se deslicen hacia la barbarie» Tocqueville. «Yo renunciaría antes a las patatas que a las rosas» como señaló cáustico -y muy certero- Gautier. «Vivimos en un siglo de electricidad, de gas,de guano, de crinolina, de caucho, de fotografía,de drenaje y de sufragio universal;y, sin embargo, somos menos letrados,menos artistas, menos delicados y menos educados que nuestros contemporáneos de Luis XIV,e incluso de Francisco I» Edmond About, Le Progrès, Hachette, 1864, p.356. «Lo único razonable en materia de política es un gobierno de mandarines, siempre que los mandarines sepan algo y, si es posible, mucho. El pueblo es un eterno menor de edad» declaró Flaubert, el intelectual más lúcido y profético del siglo XIX. «No me hable usted de los tiempos modernos, a propósito de lo grandioso. No dan ni para satisfacer la imaginación de un folletinista de la peor calaña» Flaubert. «Vulgus dividi in oppositum contra sapientes, quod vulgo videtur verum, falsum est» Roger Bacon. «La plebe se opone a los hombres sabios; lo que la plebe considera cierto, es mayormente falso».
Mandriles tecnológicos con absurdos pensamientos simiescos semiarticulados y proferidos en una semihabla descosida y analfabeta. ¿Cuándo decapitarán a Boecio? ¿Cuándo acuchillarán a Escoto Eriúgena? ¿Cuándo rodará la cabeza de Luis XVI? No entienden a Propercio o Tibulo y por eso desprecian. Se derrumban villas, palacios, estatuas, edificios públicos. Los bárbaros -esa chusma de griterío y mazas- llenan de yedra y cascotes las aulas, o escupen en la Academia platónica su bilis negra. No entienden tu lenguaje y sus intereses son los «reality shows» y el deporte. Huye, Christian, huye. Se oyen agrestes aullidos de lobo. Las bibliotecas devastadas, los caminos llenos de delincuentes, los acueductos no funcionan, los pocos gramáticos sin público, los teólogos sin saber griego. ¿Para quién escribes pequeña y vagabunda alma? ¿Para los ostrogodos? Huye, Christian, no te mezcles y desprecia a la chusma.
«…y ves detrás de cada cara ahondarse el vacío mental/ dejando solo el creciente terror de nada en que pensar;/ o cuando, bajo la anestesia, la mente está consciente pero no consciente de nada» T.S. Eliot, describiendo perspicazmente la mente del «populus». La educación pública no ha formado un público educado. El desastre es ciclópeo. Huye, pequeña alma. Vándalos y suevos están cruzando ya el Rin. Tipejos acémilos casi igual a bacterias, sin un gramo en su sangre de helenización, romanización, cristianización o ilustración ocupan tanto las mansiones de los ricos como pobres chabolas. Escribe y memoriza a Adriano, orgulloso de tu aristocrática, gatopardesca soledad:
Animula vagula blandula,
hospes comesque corporis,
quae nunc abibis in loca,
pallidula, rigida, nudula,
nec ut soles dabis iocos.
Mejor ese lugar desnudo que la pelambre sucia de este aquí y ahora.