¿Cómo deseo mi vida estos pocos años que me quedan? Frugal, defendida de infortunios, zozobras y contratiempos, y, como se ha caracterizado siempre, y prueba de que soy un espíritu selecto, muy solitaria.
Ahora se lee mucho y de muy poco, y eso muy poco, muy malo. Yo leeré (y releeré) mucho de mucho, y eso mucho muy bueno. Escribiré, pero no por la vanidad de publicar, que ya se han publicado demasiados libros en esta vida. Me quedaré embobado en los bancos de las plazas, y, ocasionalmente, gastaré mis dineros en una escort despampanante.
Me gusta la dulzura intemporal de una existencia solitaria y defendida de los vientos congelados de la noche. Hablaré poco y pensaré mucho, no me enamoraré, no pisaré sendas trilladas, y, como única extravagancia, me alimentaré de Nescafé mientras leo volúmenes clásicos de antimodernos y heteredoxos. No descarto, como Richelieu, dejar mi herencia a mis gatos. He tenido una vida cumplida, completa y agotadora. Es hora de retirarse a mis Palacios de Invierno.
Orate, orante y diletante. Burgués hacendado, aldeano ilustre. Pienso bien, escribo regular -desearía que con distinción-, y hablo mal. Solitario compulsivo. Lector omnímodo, omnímodo, diagnosticado de bibliopatía. Apocalíptico y antimoderno. Debemos apartar el chusmerío de nosotros y buscar el lujo de la mente, también la bondad. Voltaire: “La terre est couverte de gens qui ne méritent pas qu´on leur parle (la tierra está llena gente a quien no merece la pena dirigirle la palabra) “Por desgracia la expresión coquin méprisable , granuja despreciable, resulta aplicable a un número terrible de personas de este mundo” Schopenhauer. “Nec vixet male qui natus moriensque fefellit” Horacio, “No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido”. Mejor no podría ser dicho. O bien igual Ovidio, “Bene qui latuit, bene vixit”, “Quien bien se esconde, bien se da”. Solo y oculto se está mejor en esta hodierna e híspida civilización donde la publicidad está por encima del logro, la revelación por encima del comedimiento, la sinceridad por encima de la decencia, el victimismo por encima de la responsabilidad, la confrontación en lugar de la cortesía, la psicología sustituyendo la moralidad. Para acabar ya, y como divisa o lema: "Litteras ese solas quae homines ese vere convincat", las letras son la única prueba de que se es verdaderamente hombre.
Ver todas las entradas de christiansanz71