El estudiante disfrazado de Rambo, el psiquiatra con chándal en el Centro de Salud Mental, la parka verde, el patinete, la gorrita de beisbol, la televisión, el cuerpo pasado por la cirugía estética, el calzado deportivo tosco y mugriento en lugar del zapato italiano, las eternas chupas de cuero y el vaquero…Como dijo un poeta alemán «Das Shöne gibt uns Grund zur Trauer./ Das Häbliche erfreut durch Dauer», «La Belleza nos causa aflicción. / Lo feo alegra por su reiteración».
Y la fealdad de la mente.
Por lo menos mi cerebro es (solo hay que comparar) como un suntuoso jardín, un borgoña y un château, un palacio ostentoso con los muebles más caros, adornos dorados, vajillas de porcelana, carrozas y cabriolets, fiestas, caballos enjaezados, licores y perfumes. Y además, al vivir en aldea, al ser rentista y no trabajar, gozo de la opulencia o fasto del tiempo, la atención, el ancho espacio, la tranquilidad y el entorno sano y respirable.
Crucial la tranquilidad para el espíritu. Cito: «Porque así dijo Jehová El Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza» Is (30:15)
No poco premio gané (me gané) en la lotería de la vida.
Orate, orante y diletante. Burgués hacendado, aldeano ilustre. Pienso bien, escribo regular -desearía que con distinción-, y hablo mal. Solitario compulsivo. Lector omnímodo, omnímodo, diagnosticado de bibliopatía. Apocalíptico y antimoderno. Debemos apartar el chusmerío de nosotros y buscar el lujo de la mente, también la bondad. Voltaire: “La terre est couverte de gens qui ne méritent pas qu´on leur parle (la tierra está llena gente a quien no merece la pena dirigirle la palabra) “Por desgracia la expresión coquin méprisable , granuja despreciable, resulta aplicable a un número terrible de personas de este mundo” Schopenhauer. “Nec vixet male qui natus moriensque fefellit” Horacio, “No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido”. Mejor no podría ser dicho. O bien igual Ovidio, “Bene qui latuit, bene vixit”, “Quien bien se esconde, bien se da”. Solo y oculto se está mejor en esta hodierna e híspida civilización donde la publicidad está por encima del logro, la revelación por encima del comedimiento, la sinceridad por encima de la decencia, el victimismo por encima de la responsabilidad, la confrontación en lugar de la cortesía, la psicología sustituyendo la moralidad. Para acabar ya, y como divisa o lema: "Litteras ese solas quae homines ese vere convincat", las letras son la única prueba de que se es verdaderamente hombre.
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